"El niño cuyo asombro hemos dejado florecer tiene mas números para llegar a la adolescencia como una persona que:
- Será agradecida, porque no considera que todo le es debido
- Ponderará las cosas en su corazón y será contemplativa, porque siempre habrá tenido interioridad.
- Sabrá reconocer lo superior, sin envidia, ni mezquindad.
- Será capaz de apreciar la Belleza porque su mirada será profunda.
- Será paciente, porque estará acostumbrada a esperar antes de tener.
- No reducirá la vida a una serie de experiencias o a una sucesión de hechos sin transcendencia, sino que la considerará como una aventura de búsqueda de la bondad, de descubrimiento de la realidad, de aprecio de la Belleza, y de la elección de todo por su valor intrínseco.
- Será templada, porque no le habrán saturado los sentidos.
- Vivirá lo cotidiano con sentido, por lo que no se pasará la vida buscando sensaciones nuevas.
- Actuará por convicción, porque no encuentra su fuente de motivación en los demás.
- Será una persona volcada en los demás porque sabe salir de si misma y tiene la sensibilidad para percibir sus necesidades.
- Será contemplativa y abierta al misterio porque no reducirá la realidad a aquello que pueda comprender, lo que provocará en ella una sed infinita de conocer, de descubrir y abrirá en su vida y en la sociedad el camino a un progreso verdadero"
Vale la pena educar bien aunque cueste esfuerzo. Lo que se siembra se recoge. Imaginaos unos ciudadanos como estos.
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